Ya ves...

A mis veintinada y ya ves,
viajando hacia un sueño crepuscular
a lomos de un disparo errante.
Rayando el incierto amanecer
de un suicida trotamundo,
que borracho de vanidad
y ciego por costumbre,
se arrastra sobre las cenizas
de un dios sin nombre,
acompasando la diástole
sin rasgarse el duelo.
Como un bardo cualquiera
sobre couché color desafío.
Como un pétalo de sarcasmo
sobre un café amargo.

Y si me miras, qué ves?
Solo un payaso aciago
sin color ni margarita,
rasgando la melodía
sobre un suelo de media tarde,
viviendo de la lluvia
y muriendo por desidia,
pagando al portador
la factura de una vida
tan pesada como hiriente,
tan rubia y desbordante
que, cuanto menos, era mía.
Y ahora, sin pañuelo de despedida,
me lanza un beso por la ventanilla
del más destartalado tren.

Pero no es hollín todo lo que ves.
También hay momentos de grandeza,
alardes y derroches.
Tambien hay lírica, hay versos.
Hay flores de amaranto
entre las grietas del asfalto.
Y un lánguido angel de mármol
llaciendo sobre mi reposo,
y una rosa de azabache
que guardo entre las manos.
Y tambien estas lineas,
más limpias, más blancas.
Menos mias, menos tuyas,
pero más ellas.
Lo ves? Aún nos queda por ver...

Sueños

Sueño con terremotos...
Sueño con huracanes...
Sueño con desbordante lluvia...
Sueño con olas gigantes...

Sueño con fogonazos de armas...
Sueño con la rabia del fuego...
Sueño con tumbas hinchadas...
Sueños de vacío dolor...

En pedazos...

Fuego. Sangre. Metal.
Puedo sentir el olor a carne quemada
Azufre. Alquitrán. Veneno
Aun me alimento de miasmas.
Mis puños se cierran hasta quebrar.
Mis dientes se aprietan hasta rechinar.
Dónde quedan los cuentos de hadas
cuando tu vida es cine negro?
Cuando otros te hacen ser nadie,
y no merece la pena el lamento,
ni el intento, ni la intención.
Eres feliz?
Te enorgullece mi pesar?
Explota tu ego con mi infra-yo
Destrózame. Hazme trizas.
Espárceme en mil trozos sobre el mar
Te sientes mejor?
Algún día,
cuando puedas percibir las huellas sobre el asfalto,
cuando tu saliva encharque un callejón,
ese día mi sombra te acunará.
Y pedirás clemencia.
Y gritarás al cielo.
Y yo seré sordo y ciego.


Y al caer, se hace todo pedazos...

Magia...

No se si ha sido la magia,
que en un extraño designio de grandeza
me ha regalado un beso.
Quizás sólo haya sido mi condena,
que me arrastra un paso más
hacia el insalubre reposo.
Sea como sea, hoy soy más libre.
Hoy se ha roto otro eslabón.
Hoy vuelo más alto y más rápido.
Hoy ardo en mil colores y me apago de un soplido
Hoy, antes del cambio de rumbo,
antes de que sienta de nuevo el óxido en mi carne,
antes de volver a escupir alquitrán, de bañarme en sangre.
Antes, quiero morir un poco más.
Quiero descender hasta convertirme en ceniza.
Quiero ser tierra, quiero ser polvo.
Quiero que la lluvia me arrastre sin intentar evitarlo.
Pues así ha de ser, así me encamina mi eclipse.
Montado en mi mejor cadalso, entre pétalos de memoria marchitos,
mostrando mi sonrisa mas vacía, mi brillo mas aciago en los ojos.
Hoy, que todo es más estúpido y más ridículo.
Hoy, que las flechas ya no vuelan frente a mis ojos
Hoy, las palabras las emito yo
para no volver a hacerlo...

Estrofas...

Cojo mi pluma e imagino
trazos de seda sobre la nieve,
ardiendo entre notas y silencios,
dejando inerte la sombra del gusto.

Cierro los ojos y creo
retales de aquello que ya no conozco,
melodías vacías, memorias oxidadas,
reflejos sin el compás de un latido

Cuando los miserables se visten de jueces.
Cuando el tiempo no es más que otro vocablo.
Cuando de tanto robar tus manos marchitan.
Cuando no tienes nada, y la nada es un agravio

Entonces, abro la boca y grito.
Grito hasta ceder contra el viento.
Grito hasta notar mi aliento a mi espalda.
Grito hasta que gritar es canción y canción es letargo

Y alzo una melodía amarga para ti
ahora que tú eres nada,
y la nada es nada...