Llueve la sangre del último ángel.
Y se retuercen las lombrices.
Y se pudren las mortajas.
Lloran gotas como puños
sobre el alma de las urbes,
y se cuelan por las grietas
y se deslizan sibilantes
entre lo dulce y lo extraño.
Y en la hora fatal de la senectud
se tuercen de nuevo los clavos.
Se rompen bisagras oxidadas,
retumban los pasos vacíos
de origen y destino.
Y cuando amainan los disparos
el cielo se descubre cobrizo,
manchado de paz y adormecido,
como surco que deja
un llanto de sal.
†
miércoles, 29 de octubre de 2008
sábado, 18 de octubre de 2008
Canción en Yo sostenido
Como un sueño dejado caer
entre el llanto de un mar otoñal.
Como flores de otro vergel.
Como copos de furia y sal.
Como sombras vestidas de gris.
Como risas en un funeral.
Como notas de escala menor
en noches de frío invernal
Como todas esas historias.
que siempre dejo para el final...
†
entre el llanto de un mar otoñal.
Como flores de otro vergel.
Como copos de furia y sal.
Como sombras vestidas de gris.
Como risas en un funeral.
Como notas de escala menor
en noches de frío invernal
Como todas esas historias.
que siempre dejo para el final...
†
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