jueves, 9 de abril de 2009

Y sin embargo...

Mentiría si dijera
que no hecho en falta
el tacto del abrazo
de un cuerpo desnudo.

Así que mátame ahora
que los sueños no conceden
ni un soplo de clemencia
ni refugio a mi locura.

Aprovecha que me encuentras
con un suspiro en la memoria
con la cabeza embotada
y el pecho desafilado.