miércoles, 20 de febrero de 2008

Consciencia

Son los clavos en el suelo
bajo tus desnudos pies
los que te hacen ver
que caminas.
Son tus pulmones ardiendo,
retumbando en tus entrañas
los que hacen que comprendas
que respiras.

Te encuentro en el vacío,
apenas me vislumbras
mecido por la percusión
sobre tu piel.
Golpe tras golpe, sangre tras sangre.
Una y otra vez hasta ensalzar
el pensamiento de que estás vivo.
tu lugar, tu cadencia, tu caer.

Sin dolor no hay consciencia.
Sin consciencia, existencia.
Y en la nada del sinsabor nos perdemos,
enjutos, secos, sin lágrimas.
Sin rostros amados que nos atormenten.
Sin sombra de nosotros y nuestra hiel.
Y en la muerte del sentir
recibimos la paz.